¿Qué mejor actividad que convertirnos en artistas con nuestros hijos en un domingo de otoño que se espera lluvioso? Bueno, ¡o en cualquier momento...!
Pues para ello, únicamente necesitáis un rollo de papel continuo, y pintura de manos.
Colocad el papel sobre una pared, poned una música de fondo que os motive, y comenzad a pintar situando vuestras manos pintadas, o dedos, sobre el papel. Ya veréis como algo tan sencillo los hace disfrutar: podéis jugar a dar palmadas, a pintar arrastrando los dedos, a crear figuras con las huellas de las palmas, a realizar series de colores... ¡Las posibilidades son enormes, y os aseguro que las risas estarán garantizadas!
De esta sensilla forma, proponiéndoles diferentes opciones para pintar, podéis trabajar con ellos cuestiones como numeración, series, colores, tamaños, lateralidad, expresión corporal, expresión artística, formas geométricas... Los estaréis incitando a descubrir a través de su acción multitud de aspectos relacionados con sus centros de interés.